Cuando el profeta Elías estaba huyendo de la asesina reina Jezabel, se quejó ante Dios de su trato. En respuesta, Dios desplegó un desfile de poderosas maravillas ante él: Una tormenta de viento, un terremoto y fuego. Pero Dios no estaba en el ruido. En cambio, le habló a Elías, renovando su valor con una “voz apacible y delicada” (1 Reyes 19: 1-12).
Hoy, Dios todavía nos habla tranquilamente. “Estad quietos y reconoced que yo soy Dios”, declara (Salmo 46:10). Cuando intencionalmente nos tomamos un descanso del mundo y dejamos atrás sus preocupaciones, entonces Dios puede llenarnos y rejuvenecernos.
La tranquilidad se asocia con la paz
He aquí, un hijo te nacerá, el cual será varón de reposo, porque yo le daré quietud de todos sus enemigos en derredor; por tanto su nombre será Salomón; y yo daré paz y reposo sobre Israel en sus días.
Jesús tiene el poder de silenciar a los demonios
Y Jesús le riñó, diciendo: Enmudece, y sal de él.
Hablar fuerte no es un indicador de sabiduría
Las palabras del sabio con reposo son oídas, más que el clamor del señor entre los necios.
Algunas veces es necesario clamar a Dios
Y he aquí dos ciegos sentados junto al camino, como oyeron que Jesús pasaba, clamaron, diciendo: Señor, Hijo de David, ten misericordia de nosotros. Y la gente les reñía para que callasen; mas ellos clamaban más, diciendo: Señor, Hijo de David, ten misericordia de nosotros.
La tranquilidad es una bendición mejor que la abundancia
MEJOR es un bocado seco, y en paz, Que la casa de contienda llena de víctimas.
Oro por aquellos en posiciones de autoridad para que puedan llevar una vida tranquila
AMONESTO pues, ante todas cosas, que se hagan rogativas, oraciones, peticiones, hacimientos de gracias, por todos los hombres; Por los reyes y por todos los que están en eminencia, para que vivamos quieta y reposadamente en toda piedad y honestidad. Porque esto es bueno y agradable delante de Dios nuestro Salvador
Sin tranquilidad no hay descanso
No he tenido paz, no me aseguré, ni me estuve reposado; Vínome no obstante turbación.
Dios atesora un espíritu tranquilo
El adorno de las cuales no sea exterior con encrespamiento del cabello, y atavío de oro, ni en compostura de ropas; Sino el hombre del corazón que está encubierto, en incorruptible ornato de espíritu agradable y pacífico, lo cual es de grande estima delante de Dios.
La rectitud resulta en una confianza tranquila y pacífica
Y el efecto de la justicia será paz; y la labor de justicia, reposo y seguridad para siempre. Y mi pueblo habitará en morada de paz, y en habitaciones seguras, y en recreos de reposo.
Jesús tiene el poder de calmar cada tormenta
Y levantándose, increpó al viento, y dijo á la mar: Calla, enmudece. Y cesó el viento, y fué hecha grande bonanza.