Nuestra Prisión Personal

por Heather Tietz

Apocalipsis 2:10

No tengas ningún temor de las cosas que has de padecer. He aquí, el diablo ha de enviar algunos de vosotros á la cárcel, para que seáis probados, y tendréis tribulación de diez días. Sé fiel hasta la muerte, y yo te daré la corona de la vida.

La prisión es diferente para cada uno de nosotros.

Quizás para el gran compositor Beethoven fueron los cerrados muros del silencio que se apoderaron de sus oídos amantes de la música, a la edad de treinta años.

Pero el hombre que había tocado para reyes se negó a permitir que su prisión determinara su vida diaria. Cortó las patas de sus pianos, se sentó en el suelo y absorbió las vibraciones de las teclas del piano. Y se mantuvo componiendo.

Uno de nuestros himnos más jubilosos se inspiró en el conmovedor final de su Novena Sinfonía. Henry van Dyke tomó la melodía de Beethoven y plasmó la alegría impregnada “Joyful, Joyful We Adore Thee (Jubilosos, te adoramos)”, ¡un himno tremendamente exuberante nacido de la silenciosa prisión de Beethoven!

Si bien muchos de nosotros no hemos puesto a prueba nuestra fidelidad a Dios tras las rejas, todavía sufrimos prisiones figurativas. Al igual que a Beethoven, ellas pueden separarnos de nuestros amores más queridos. Pueden crear una prisión, la pérdida de ciertos alimentos, una movilidad limitada, el que nos encadenemos a medicamentos o a personas difíciles.

Cuando enfrentamos las pruebas con nuestra fe, tenemos varias opciones. Huir. Perder el control. O acusar a Dios de mal juicio. Oro para que mantengas la confianza en el Dios que amamos, permitiendo que cualquier “prisión” en la que te encuentres te conduzca a una hermosa melodía para Él.


Reflexión

¿Cuál es mi prisión? ¿Soy capaz de mantener el gozo, el amor, la esperanza, la paz y la fe en medio de ella?


Plegaria

Dios todopoderoso, gracias por amarme, sin importar las pruebas y dificultades que soporte. Ayúdame a regocijarme en ti siempre, independientemente de mis circunstancias. Mantenme fiel, Señor, te lo pido en el nombre de Jesús. Amén.