Una canción del musical “Cabaret” de 1966 señaló con ironía que “el dinero hace girar al mundo”.

Lamentablemente, ese sentimiento se ha convertido en una obviedad en nuestra cultura occidental. Quienes lo dicen generalmente quieren decir que el dinero, la compra y venta, la economía, son lo que impulsa la vida de quienes viven en este planeta.

Aunque esto es demasiado cierto para muchas personas que sacrifican su salud, tiempo, familias y relaciones en pos del “dólar todopoderoso”, el dinero no hace que el mundo gire literalmente.

Dios, como Creador de los cielos y la tierra, estableció las leyes naturales y puso en marcha la serie de eventos que hacen girar al mundo. Esto incluye tanto la rotación literal de la tierra como la existencia del dinero.

Dios tiene algo que ver con esto.

El universo entero opera bajo su mando. Eres su hijo. Él sabe lo que necesitas, por lo que no hay necesidad de girar y girar con ansiedad.

La próxima vez que te preocupes por vestir a tus hijos, pagar la factura de la luz o tener suficiente para la jubilación, recuerda esta verdad fundamental:

Dios hace girar al mundo. Búscalo en primer lugar. Cuéntale tus problemas y él te dará exactamente lo que necesitas.