por Pastor Ken
Encorvaréme al templo de tu santuario, Y alabaré tu nombre por tu misericordia y tu verdad: Porque has hecho magnífico tu nombre, y tu dicho sobre todas las cosas.
En el Salmo 91 y 138, entre otros, el rey David alaba a Dios poéticamente.
Cuando adora a Dios, informa lo que Dios ha hecho por él y su nación. Agradece a Dios. Honra la reputación de Dios porque ha hecho grandes cosas por Israel.
David actúa como un faro de justicia y esperanza para las naciones paganas del mundo de ese tiempo. Expresa el cumplimiento de la Palabra o promesa de Dios. Al hacer eso, restaura la confianza en el buen nombre de Dios.
David considera a Dios como el Rey de reyes que da bondad amorosa y verdad a su pueblo.
Tu alabanza y adoración pueden hacer lo mismo.
Tu alabanza y adoración pueden iluminar el camino hacia Dios de aquellos que te rodean y que no conocen a Jesús. Tu vida llena de agradecimiento y de gozo puede ser un faro para proclamarlo al mundo (Mateo 5: 14-16; 28: 19-20).
Dile a Jesús: “Te amo y te honro. ¡Hazme tu luz!”
Luego, deja que Jesús brille a través de ti para que otros lo vean y lleguen a conocerlo. Si lo haces, Dios hará cosas mayores en tu futuro que las que ya ha hecho hasta ahora.
¿Cuáles son mis formas favoritas de alabar a Dios? ¿Cuán a menudo permito que otros vean mi alabanza y adoración?
Amado Dios, con todo mi corazón, te alabo. Gracias por la Biblia y sus promesas. Gracias porque continuamente bendecirás mi vida de innumerables formas. Oro en el maravilloso nombre de Jesús, quien brilla a través de mí, Amén.