Mientras crecía, le tuve miedo a la oscuridad.

Incluso cuando era adolescente, de noche prefería tener una luz nocturna en mi habitación o cerca de ella. Mi imaginación hiperactiva podía pensar en ciento un cosas terribles esperándome en la oscuridad.

Cuando estaba rodeado de oscuridad, me sentía perdido y confunso. No sabía qué lugar era seguro o por cual camino andar.

Tan pronto como veía una luz, me sentía atraído hacia ella, con la esperanza de saber hacia dónde estaba yendo y para sentirme más seguro.

La Palabra de Dios es como una luz para nosotros en esta vida.

La vida puede ser oscura, aterradora y confusa. Puede que no sepamos qué hacer en una crisis o qué sigue en nuestras vidas. Dios quiere guiarnos con su Palabra. A través de ella, Él puede decirnos dónde nos encontramos, hacia dónde vamos y cómo actuar en lo que sigue.

¿Cómo podemos obtener esta guía? Leyendo y meditando en la Palabra de Dios todos los días. Cuanto más conozcamos la Palabra de Dios, más Dios puede hablarnos.

Deja que la Palabra de Dios sea una luz en tu camino hoy.