por Heather Tietz
Y los apóstoles se juntaron con Jesús, y le contaron todo lo que habían hecho, y lo que habían enseñado. Y él les dijo: Venid vosotros aparte al lugar desierto, y reposad un poco. Porque eran muchos los que iban y venían, que ni aun tenían lugar de comer.
En un pasaje anterior (Marcos 6:7), Jesús había enviado a sus apóstoles para ayudar, sanar y predicar sus buenas nuevas.
En el versículo de hoy, regresan exhaustos.
Algunos soportan el dolor de que su amado maestro, Juan Bautista, ha sido decapitado. Otros están agotados por la predicación, el servicio, el hambre y los viajes.
Jesús, bondadosamente, los excusa para alejarse de las multitudes, de las exigencias de los demás, del amor activo, a un lugar tranquilo y desierto donde puedan recargarse.
Dios hizo crecer un árbol donde Jonás su cansado profeta podía descansar bajo su sombra.
Dios envió un ángel para alimentar a Elías con agua y pan, quien estaba inquieto, y le ordenó comer y dormir.
David el pastor de ovejas escribe en los Salmos cómo Dios lo lleva a lugares tranquilos.
Incluso Jesús se concedió momentos apartado de las multitudes.
¿Somos más fuertes que nuestros padres espirituales? ¿Está el hombre moderno hecho para correr sin parar? Por supuesto que no. Dios sabe que nosotros también necesitamos descansar: descansar de ambientes laborales estresantes, de tareas, de quehaceres, de familias en disputa y de vecinos en necesidad.
Necesitas un descanso del servicio a los demás. Necesitas reponerte. Necesitas sentarte en quietud aspirando la presencia de Dios. Da todo de ti y luego, cuando hayas terminado, recibe más de Dios.
¿Estoy agobiado y cansado después de largas horas de trabajo para Dios y los demás? ¿De qué maneras puedo escapar hacia Jesús, quien me dará un descanso tranquilo? Él renovará mis fuerzas y me dará el poder para exaltar a Cristo una vez más.
Querido Señor, gracias por la oportunidad de descansar en ti. Cada sábado es una bendición de descanso y alivio. Ofreces reposo eterno, paz y rejuvenecimiento. ¡Gracias por refrescar y restaurar mi alma! En el nombre de Jesús oro, Amén.