Dios te asegura que no hay nada que temer, especialmente de la opinión de otras personas.

Él nunca te dejará ni te desamparará. Él promete darte la victoria sobre tus enemigos.

Ahora puedes seguir voluntaria y fielmente a donde Jesús te guíe, porque Él promete: “Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo.” (Juan 16:33).

Juan Wesley (1703-1791) pudo haber tenido esta promesa en mente cuando dijo: “Dadme cien hombres que no teman más que al pecado y no deseen nada más que a Dios, y sacudiré al mundo. Me importa una paja si son clérigos o laicos, y ellos solos derrocarían el reino de Satanás y edificarían el Reino de Dios en la tierra”.

Con esta maravillosa promesa, no ores por una vida fácil. En cambio, ora para ser una persona más fuerte. No ores por tareas iguales a tus facultades. Ore por fuerza igual a tu misión.

Puedes afrontar con valentía tu vida con Jesús hoy porque el valor no es la ausencia de temor. El valor bajo la dirección de Jesús te da dominio sobre el temor, tal como lo hizo Jesús.