Durante la Guerra de Corea, a un joven oficial comunista se le ordenó matar a un civil cristiano.

Sabía que el prisionero estaba a cargo de un orfanato y cuidaba de muchos niños pequeños. Sin piedad, mató frente a él al hijo de 19 años.

Más tarde, cuando el rumbo de los acontecimientos cambió, este mismo oficial fue capturado, juzgado y condenado a muerte por crímenes de guerra. Estaba en espera de su ejecución.

Pero el padre cristiano suplicó por la vida del oficial comunista que había matado a su hijo. Pidió que le dieran la custodia del joven oficial porque quería enseñarle acerca del Salvador.

Ese padre se llevó a casa al asesino de su hijo.

El inmenso amor de Dios cambió tanto el corazón del oficial comunista que se convirtió en pastor cristiano. ¡Qué gran amor!

¡Con el amor de Dios todo es posible!