No Quiero Volver A Sentirme Así Nunca Más

por Darla Noble

Juan 14:5-6

Dícele Tomás: Señor, no sabemos á dónde vas: ¿cómo, pues, podemos saber el camino? Jesús le dice: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida: nadie viene al Padre, sino por mí.

A mi nieta de cuatro años, Laney, le encanta jugar a “las escondidillas”. Ella, además, es muy buena en eso. Encuentra grandes escondites y se queda tan quieta como una estatua esperando burlar al buscador.

Un día, cuando ella y su mamá estaban jugando, Laney se escondió debajo del sofá.

Su mamá buscó y buscó pero no pudo encontrarla. Empezó a llamar a Laney por su nombre, pero Laney no se movió.

Pronto, el pánico se hizo presente. ¿Había salido Laney de la casa y le había pasado algo? ¿Se había escondido en algún lugar que no debería y se estaba asfixiando?

Laney podía escuchar el pánico en la voz de su mamá, así que se movió y dijo: “No te preocupes, mamá, sé dónde estoy”.

Sollozando de alivio, su madre abrazó a Laney. “De ahora en adelante”, dijo, “cuando mamá llame, Laney debe salir de inmediato porque no quiero volver a sentirme así”.

Jesús sabe cómo se sintió la madre de Laney ese día.

Él siente lo mismo por cada persona que no conoce el camino a la eternidad en el cielo. Le preocupa que los perdidos no respondan a su voz a tiempo para ser salvos. Pero la gran noticia es que Él no tiene que sentirse así por ti cuando lo sigues en verdad, obedeciéndole en todas las cosas.


Reflexión

¿Cómo guía Jesús a los que están perdidos? ¿Cómo me guía Jesús?


Plegaria

Querido Jesús, gracias por ser la luz que lleva a la eternidad. No quiero esconderme de ti. Ayúdame a seguirte en todas las cosas; dándote alegría, no tristeza. En tu nombre oro, Amén.