La palabra “ira” aparece más de 248 veces en la World English Bible. Si bien es cierto que hay casos, como el abuso y otras injusticias, en los que el enojo está justificado, la Palabra de Dios es clara: el enojo es una elección. Y un espíritu airado está plagado de peligros.
“No se turbe vuestro corazón”, aconseja Jesús. “Creéis en Dios. Creed también en mí” (Juan 14: 1).
Con la ayuda de Dios, podemos optar por controlar nuestro enojo y evitar que nos destruya.
Peligros de la ira injusta
Mas yo os digo, que cualquiera que se enojare locamente con su hermano, será culpado del juicio; y cualquiera que dijere á su hermano, Raca, será culpado del concejo; y cualquiera que dijere, Fatuo, será culpado del infierno del fuego.
La ira puede llevar al pecado
Airaos, y no pequéis; no se ponga el sol sobre vuestro enojo; Ni deis lugar al diablo.
La ira es una decisión
Déjate de la ira, y depón el enojo: No te excites en manera alguna á hacer lo malo.
¿Qué enoja a Jesús?
Y entró Jesús en el templo de Dios, y echó fuera todos los que vendían y compraban en el templo, y trastornó las mesas de los cambiadores, y las sillas de los que vendían palomas.
El mal genio conduce a malas decisiones
El que presto se enoja, hará locura: Y el hombre malicioso será aborrecido.
Calmando la ira
La blanda respuesta quita la ira: Mas la palabra áspera hace subir el furor.
La relación del creyente con la ira
En las cuales vosotros también anduvisteis en otro tiempo viviendo en ellas. Mas ahora, dejad también vosotros todas estas cosas: ira, enojo, malicia, maledicencia, torpes palabras de vuestra boca.
La ira es una trampa
No te entrometas con el iracundo, Ni te acompañes con el hombre de enojos; Porque no aprendas sus maneras, Y tomes lazo para tu alma.
¿Es la ira realmente tan mala?
Y manifiestas son las obras de la carne, que son: adulterio, fornicación, inmundicia, disolución, Idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías...
Los beneficios de dejar ir mi ira
Mejor es el que tarde se aira que el fuerte; Y el que se enseñorea de su espíritu, que el que toma una ciudad.