por Heather Tietz y Joyverse
Al que venciere, yo le daré que se siente conmigo en mi trono; así como yo he vencido, y me he sentado con mi Padre en su trono.
¿Eres vencedor?
La vida promete colinas que escalar, bastante que arreglar, cargas que llevar y al parecer desagradables e interminables tareas. Todas ellas pueden hundirnos. Hacernos lamentar por ellas. Verlas como enemigas. Podemos temerles. O, podemos vencerlas.
No debemos permitir que nuestras circunstancias (nuestras Montañas Rocosas, nuestros valles oscuros) nos depriman, nos obliguen a escondernos o nos provoquen conflictuar.
Podemos caminar con Jesús por la senda que Dios ha preparado para nosotros. Podemos tener una interminable conversación de oración con Él, contándole cada desafío nuestro, expresando en alta voz nuestra confianza en su cuidado por nosotros. Podemos agradecerle por el excelente plan del que creemos ser parte.
La Biblia es clara: nuestras pruebas no son más de lo que podemos soportar. Podemos vencer.
Vencer implica vivir nuestra fe, convirtiéndola en algo vibrante y en aumento. Si vivimos una honesta convicción de que Dios es más grande que todo lo que nos venga, si desarrollamos nuestro espíritu interior más alla de nuestros cuerpos maltratados, triunfaremos.
Reclama la promesa del versículo de hoy. Puedes superar cualquier cosa que el mundo te depare. Dios cuida de ti. Cuando venzas, ¡Él tiene una gloriosa recompensa eterna esperándote!
¿Con qué desafío lucho actualmente? Escribiré una declaración alentadora al respecto, expresando mi confianza en que Dios cuida de mí incluso ahora.
Querido Comandante de los Ejércitos Celestiales, por favor ayúdame a superar las cosas que me lanza el Enemigo. Humildemente pido tu dirección y protección. Muéstrame el camino que quieres que tome. En el nombre de Jesús oro, Amén.