Búsqueda Y Rescate

por Ami Hendrickson

Salmos 139:23-24

Examíname, oh Dios, y conoce mi corazón: Pruébame y reconoce mis pensamientos: Y ve si hay en mí camino de perversidad, Y guíame en el camino eterno.

Los perros de búsqueda y rescate (SAR) están entrenados para detectar humanos y, a veces, animales, que son incapaces de salvarse por sí mismos. Un perro SAR posee una inteligencia, concentración y energía excepcionales. Ignora las distracciones y sigue un olor clave adondequiera que le lleve.

Un perro SAR tiene habilidades impresionantes para detectar personas perdidas. Los San Bernardo se han utilizado durante más de tres siglos para encontrar personas perdidas en pasos de montaña. Un “perro de avalanchas” entrenado puede encontrar a una persona enterrada bajo hasta 15 pies de nieve.

La capacidad de un perro SAR para detectar un olor es hasta 100 millones de veces mayor que la de un humano. Un solo perro SAR equivale a un equipo de rescate de hasta 20 buscadores sin perros.

En EE. UU., FEMA establece el estándar nacional para la certificación SAR. La certificación implica más de 1.000 horas-persona y, a menudo, lleva un año o más. Los estándares son tan estrictos que menos del 15 por ciento de los candidatos aprueban.

Nuestro Padre Celestial es más tenaz, más poderoso y más leal que el mejor perro SAR. Él nunca se cansa. Él nunca se rinde. Él nos busca cuando estamos perdidos en la naturaleza salvaje del mundo. Cada pensamiento, cada acción nuestra es un libro abierto para Él. Nunca estamos escondidos de Su vista y no importa lo que Él vea, Él nos ama.


Reflexión

¿Cómo sería mi vida diaria si permitiera que Dios buscara mi corazón y me rescatara de mis pensamientos?


Plegaria

Querido y amoroso Señor, gracias por no rendirte conmigo. Busca mis puntos buenos y séllalos. Ayúdame a buscar continuamente maneras de conectarme aún más contigo. En el nombre de Jesús oro, Amén.