¿Por Qué A Mí No?

por Darla Noble

Eclesiastés 7:14

En el día del bien goza del bien; y en el día del mal considera. Dios también hizo esto delante de lo otro, porque el hombre no halle nada tras de él.

Eclesiastés nos desafía a mantener nuestras prioridades en orden.

La misericordia y la gracia perdonadora de Dios nos humillan por nuestra insuficiencia e indignidad del amor.

En lugar de tener la actitud de “¿Por qué a mí?” en la cual cuestionamos cómo Dios tiene la audacia de permitir que algo catastrófico nos suceda, necesitamos entender “¿Por qué a mí no?”

Dios estuvo dispuesto a sacrificar a su precioso Hijo en una cruz como pago y retribución por tus pecados y por los míos. Nos merecíamos ese destino, y mucho peor.

En esta tierra enferma de pecado, todos sufren. Pero si nos mantenemos firmes en el Señor y perseveramos confiando en su protección y amor, ¡un día estaremos ante Él, victoriosos!

No temas a los vientos de la adversidad. Recuerda, como dijo Winston Churchill: “Las cometas se elevan contra el viento, no con él”. Cualquier adversidad y dificultad que enfrentemos en la tierra valdrá la pena por el gozo eterno con Jesús.

Entonces, si estás con Cristo, nunca veas tus desafíos como una desventaja. ¡En su lugar, acepta tu experiencia enfrentando y superando la adversidad como una de tus mayores fortalezas!


Reflexión

¿Qué prosperidad estoy disfrutando en este momento por la cual puedo estar feliz? ¿Qué adversidad me aqueja por la cual necesito confiar en Dios?


Plegaria

Querido Señor, gracias por estar conmigo en mi adversidad. Tú cambias mis problemas, dificultades y dolor en oportunidades para tener una relación más íntima contigo. En el nombre de Jesús oro, Amén.