por Darla Noble
El principio de la sabiduría es el temor de Jehová: Buen entendimiento tienen cuantos ponen aquéllos por obra: Su loor permanece para siempre.
Cuando mis hijos eran pequeños, quería que tuvieran miedo de algunas cosas.
Quería que tuvieran miedo de tocar la puerta del horno cuando estaba caliente, de las serpientes para que no los mordieran y de nadar sin el chaleco salvavidas puesto hasta que estuviéramos seguros de que podían hacerlo sin peligro. Quería que tuvieran miedo porque no quería que sufrieran las graves consecuencias que sin duda seguirían si el miedo no existiera.
Para inculcar un miedo saludable en mis hijos, tuve que advertirles repetidamente de lo que sucedería si no tuvieran miedo, pero aún más importante, tenían que creerme. Tenían que confiar en que estaba diciendo la verdad para su propia protección, por mi amor por ellos.
Así es con nosotros y con Dios. Él conoce el dolor, el sufrimiento y la muerte espiritual que resulta cuando elegimos vivir separados de Él en desobediencia a Sus mandamientos.
El miedo a quemarme, morderme o ahogarme fue suficiente para mantener a mis hijos a salvo. Eso fue algo bueno, pero ni siquiera comienza a compararse con la grandeza de lo que está reservado para aquellos que humildemente temen a Dios y le dan gloria.
¿Cómo muestro mi respeto temeroso por Dios?
Precioso Señor, te amo. Por favor, ayúdame a vivir en un respeto temeroso hacia Ti, obedeciendo todo lo que has dicho en Tu Palabra, para que no tenga que preocuparme por las consecuencias de mi pecado. Ayúdame a vivir con la seguridad del perdón y la gracia. En el nombre de Jesús oro, Amén.