por John Michalak
CONSOLAOS, consolaos, pueblo mío, dice vuestro Dios. Visto he sus caminos, y le sanaré, y le pastorearé, y daréle consolaciones, á él y á sus enlutados.
La gente pasa su duelo de diferentes maneras.
En algunos funerales, la gente celebra con alegría que un ser querido finalmente descansa en Dios. En otros funerales, la pérdida de la vida no tiene nada para celebrar. La familia y los amigos apenas pueden respirar bajo todo su dolor.
Del mismo modo, existen diferentes formas de consolar a alguien que está de luto. Algunos se animan con palabras; otros con alimento o flores. Algunos se sienten reconfortados por la presencia de un amigo cercano o un ser querido que les brinda su apoyo mucho después de que los otros simpatizantes se hayan ido.
En los días de Isaías, además de la pérdida de seres queridos, Israel lamentó la pérdida de la libertad, la pérdida de la identidad personal y religiosa, y la pérdida de la esperanza de un futuro palpitante a causa de las naciones conquistadoras.
Ya sea que alguien experimente la pérdida de un ser querido, la pérdida de la esperanza o la pérdida de la felicidad debido al pecado o por una mala decicisión, es importante buscar a Dios para saber cuál es la mejor manera de brindarle consuelo.
Un abrazo, silencio, consuelo, palabras de aliento o la simple presencia: esta es nuestra oportunidad de estar en el lugar de Dios, nuestro mayor Consolador. También es nuestra oportunidad de recordarle al afligido que Cristo regresará un día para sanar cada corazón quebrantado y brindarle el consuelo eterno de un mundo libre de pecado, muerte y sufrimiento.
¿Cuáles son algunas de las diferentes maneras en que Dios consuela a su pueblo en la Biblia? ¿Cómo comunica esto la forma en que Dios nos llama a consolar a otros?
Querido Dios, envía tu Espíritu Santo para que me guíe al consolar a aquellos que lloran una gran pérdida. Recuerda tus promesas en nuestro tiempo de necesidad y conforta a tu pueblo. Oro en el nombre de Jesús, Amén.