El 21 de mayo de 2009 se colocó la primera piedra del templo de Jerusalén.

Un pequeño grupo de personas marchó por el centro de Jerusalén mientras un bloque de trece toneladas desfilaba por la ciudad y se plantaba en la Puerta del Estiércol. Es la primera piedra, una piedra angular figurativa, de lo que muchos judíos creen que será la última reconstrucción del templo y el inicio de la paz mundial cuando Dios establezca su residencia allí.

En la construcción, la piedra angular es la piedra principal mediante la cual se disponen todas las demás piedras. A menudo es la piedra más grande y sólida, y establece el estándar sobre dónde y qué se colocará a su alrededor.

Cuando Pedro llamó a Jesús la piedra angular, estaba diciendo que la fe comienza con Jesús. Primero, debemos creer que Él es el Hijo de Dios, el Mesías, nuestro Salvador necesario, y luego nuestras oraciones, nuestros rituales y nuestras tradiciones encajarán.

Primero Jesús, luego nuestro día. Primero Jesús, luego nuestro trabajo. Primero Jesús, luego nuestra familia. Sin Él, nuestras vidas no pueden funcionar bien. Sin Él, nuestros edificios figurativos, sean los que sean, no pueden sostenerse.

Jesús es nuestra Piedra Angular. Nuestra fe no necesita que otro templo sea edificado. La residencia de Dios ya se mantiene firme en Jesús y también en nosotros.