Alabanza A Través De Las Lágrimas

por Darla Noble

Salmos 42:11

¿Por qué te abates, oh alma mía, Y por qué te conturbas en mí? Espera á Dios; porque aun le tengo de alabar; Es él salvamento delante de mí, y el Dios mío.

Imagina: un grupo de adolescentes cristianos reunidos juntos, orando por el dolor de los demás, por la lucha de los demás, por las fallas de los demás.

La sinceridad de sus corazones era innegable. Su deseo de la paz y la presencia de Dios era palpable.

Y Dios no les decepcionó. Su presencia era tan visible como podría serlo de este lado del cielo. La liberación, los suspiros de satisfacción, el cálido gozo de Dios que irradia de dentro hacia fuera, la sanación — estas fueron alabanzas en medio y después de la desesperación.

Yo estaba allí. Fui testigo de ello. Fui parte de ello. Fui bendecida y cambiada para siempre. Un recordatorio permanente de alabar a Dios en todas las cosas y en todas las circunstancias quedó grabado en mi corazón.

La desesperación que presencias y experimentas puede no parecerse en nada a las pruebas de otros, pero eso no es importante. Lo importante es que Dios es siempre el mismo. Él siempre está dispuesto y es capaz de liberarnos y traernos esperanza.


Reflexión

¿A qué desesperación y angustia me sigo aferrando? ¿Se lo entregaré a Dios hoy?


Plegaria

Santo Dios, gracias por tu presencia y por no haberme abandonado nunca. En el nombre de Jesús oro, Amén.