En los últimos años, algunos arqueólogos han anunciado su creencia de que desenterraron los cimientos de Sodoma y Gomorra. En los restos de lo que alguna vez fue una ciudad altamente fortificada, descubrieron ladrillos quemados, cerámica derretida y esqueletos desfigurados.

Aunque no todos los estudiosos de la Biblia y los entusiastas de la arqueología están de acuerdo con la ubicación de Sodoma, todos están de acuerdo en que la ciudad que alguna vez fue próspera incurrió en la ira de Dios y provocó su propia perdición.

Lot, el sobrino de Abraham, vivía en Sodoma. Dios le advirtió: “¡Corre! No mires atrás”.

Lot y sus hijas obedecieron.

Pero la esposa de Lot no lo hizo.

La esposa de Lot comenzó el viaje, pero no se comprometió con el plan de Dios. En lugar de alejarse de la ciudad del pecado, se volvió hacia ella. Ella pagó por su desobediencia a Dios con su vida.

¿Hay una ciudad de pecado en tu pasado? ¿Viejas aventuras, malos hábitos, procesos de pensamiento destructivos? ¡Corre hacia Jesús! No te detengas a buscar una gema falsa o a echar una mirada lujuriosa. No le des al pecado un punto de apoyo.

Has sido salvado. Estás en medio de una carrera y en camino a un terreno más seguro. ¡Sigue corriendo y no mires atrás!

“Cualquiera que pone una mano en el arado y luego mira hacia atrás no es apto para el Reino de Dios” (Lucas 9:62 NTV), advierte Jesús. “¡Acuérdate de la esposa de Lot!”