por Darla Noble
Y Jehová fué con él; y en todas las cosas á que salía prosperaba. El se rebeló contra el rey de Asiria, y no le sirvió.
Mi nieta de cuatro años tiene un espíritu tan dulce y gentil.
También tiene excelentes modales (la mayor parte del tiempo). Y eso incluye cuando ella no quiere hacer lo que le pides que haga. Caso puntual:
Yo: “Esther, tu hermanita tuvo eso primero, así que debes devolvérselo”.
Esther: “No, gracias”. (Dicho en el tono de voz más dulce y sincero que puedas imaginar.)
Como realmente necesitaba devolverme el artículo, le agradecí por tener tan buenos modales, pero insistí en que hiciera lo que le dije.
En otras palabras, no le permití “rebelarse contra la autoridad”. Pero según la condición del mundo en el que vivimos, creo que es justo decir que tendrá más de unas pocas oportunidades para “rebelarse contra los asirios” (elegir líderes piadosos sobre la autoridad mundana).
El versículo de hoy es la culminación de las bendiciones que Dios otorgó a Ezequías, rey de Judá, un líder piadoso de su pueblo (lea la historia de su liderazgo contra los invasores impíos en 2 Reyes 18 y 19).
La clave para honrar a Dios en su rebelión es decir: “No, gracias”, negándose a servir a aquellos que usan su poder y posición para oprimir y dividir.
¿Contra qué cosas necesito rebelarme en mi vida para ser más como Jesús?
Querido Señor, déjame ser una luz que brille para Ti. Incluso cuando me niego a conformarme, que mi rebelión sea amable y honorable. En el nombre de Jesús oro, Amén.