¿Estarás Listo?

por Darla Noble

Juan 14:1-3

No se turbe vuestro corazón; creéis en Dios, creed también en mí. En la casa de mi Padre muchas moradas hay: de otra manera os lo hubiera dicho: voy, pues, á preparar lugar para vosotros. Y si me fuere, y os aparejare lugar, vendré otra vez, y os tomaré á mí mismo: para que donde yo estoy, vosotros también estéis.

“Y vivieron felices para siempre” es como terminan todas las mejores historias infantiles.

El príncipe y la princesa son felices en el castillo. El caballero de brillante armadura mata al dragón. Los osos recuperan su casa y ganan una nueva amiga en el proceso, y el gran lobo feroz recibe su merecido para que una abuela y su nieta vestida de rojo puedan disfrutar pasando tiempo juntas.

Estas historias son entretenidas, pero no son reales. Son de fantasía. Pero hay un libro que tiene un final de “felices para siempre” que es real. Uno que realmente tendrá lugar. Ese libro es la Biblia.

Los versículos de hoy son las palabras de Jesús para sus discípulos (y para nosotros) poco antes de su arresto que, a su vez, conduce a su muerte, sepultura y resurrección. Él les promete un “felices para siempre”: un hogar con Él.

Jesús promete que si creemos en Dios y en Él podemos vivir con Él para siempre.

Recuerda, Jesús está hablando de algo más que creer que Él existe. La palabra griega que usa para “creer” significa aceptar completamente, seguir obediente y fielmente.

Cuando creemos así, vivimos con la esperanza de que cuando Jesús regrese, nos llevará a nuestro hogar eterno, donde viviremos felices para siempre con Él.


Reflexión

¿Cómo describiría mi verdadero “felices para siempre” con mi Salvador, Jesús?


Plegaria

Querido Señor, por favor ayúdame a vivir una vida que esté lista para la eternidad. ¡Yo creo! ¡Ayuda mi incredulidad! No puedo esperar a vivir contigo para siempre. En el nombre de Jesús oro, amén.