La Biblia contiene muchos consejos sobre cómo el pueblo de Dios debe conducir sus asuntos comerciales. Sin embargo y sobre todo, debemos recordar que somos mayordomos de Dios, no solo de la tierra y de los recursos con los que nos ha bendecido, sino también de aquellos que trabajan para nosotros.
Un día, habrá un ajuste de cuentas de cómo hemos manejado nuestros talentos, nuestro dinero y nuestro tiempo. Ojalá que todos escuchemos a Cristo exclamar: “¡Bien hecho, buen siervo y fiel!” (Mateo 25:21).
Haré lo mejor que pueda en mi trabajo, pero el trabajo duro no garantiza el éxito terrenal
Todo lo que te viniere á la mano para hacer, hazlo según tus fuerzas; porque en el sepulcro, adonde tú vas, no hay obra, ni industria, ni ciencia, ni sabiduría. Tornéme, y vi debajo del sol, que ni es de los ligeros la carrera, ni la guerra de los fuertes, ni aun de los sabios el pan, ni de los prudentes las riquezas, ni de los elocuentes el favor; sino que tiempo y ocasión acontece á todos.
Mi integridad como seguidor de Cristo es evidente en mi trabajo
Y todo lo que hagáis, hacedlo de ánimo, como al Señor, y no á los hombres.
Mi trabajo en la tierra nunca es más importante que seguir el ejemplo de Dios y descansar el sábado
Y acabó Dios en el día séptimo su obra que hizo, y reposó el día séptimo de toda su obra que había hecho. Y bendijo Dios al día séptimo, y santificólo, porque en él reposó de toda su obra que había Dios criado y hecho.
El negocio del Señor es mi negocio, y seré responsable de mis acciones
Dijo pues: Un hombre noble partió á una provincia lejos, para tomar para sí un reino, y volver. Mas llamados diez siervos suyos, les dió diez minas, y díjoles: Negociad entre tanto que vengo.Y aconteció, que vuelto él, habiendo tomado el reino, mandó llamar á sí á aquellos siervos á los cuales había dado el dinero, para saber lo que había negociado cada uno.
Es la voluntad de Dios que la familia esté antes que los negocios
Cuando tomare alguno mujer nueva, no saldrá á la guerra, ni en ninguna cosa se le ocupará; libre estará en su casa por un año, para alegrar á su mujer que tomó.
Dios aprueba a las personas dinámicas y emprendedores que mantienen humildad
Y que procuréis tener quietud, y hacer vuestros negocios, y obréis de vuestras manos de la manera que os hemos mandado; A fin de que andéis honestamente para con los extraños, y no necesitéis de nada.
Elegiré sabiamente a mis socios comerciales, entre aquellos que son fieles
Y puse por sobrestantes de ellos á Selemías sacerdote, y á Sadoc escriba, y de los Levitas, á Pedaías; y á mano de ellos Hanán hijo de Zaccur, hijo de Mathanías: pues que eran tenidos por fieles, y de ellos eran el repartir á sus hermanos.
Debo tener cuidado de equiparar las riquezas terrenales con la piedad
Porque tú dices: Yo soy rico, y estoy enriquecido, y no tengo necesidad de ninguna cosa; y no conoces que tú eres un cuitado y miserable y pobre y ciego y desnudo.
Seguir a Dios bendecirá mi labor terrenal
Bienaventurado todo aquel que teme á Jehová, Que anda en sus caminos. Cuando comieres el trabajo de tus manos, Bienaventurado tú, y tendrás bien.
El negocio de Dios es mi negocio
Y el que planta y el que riega son una misma cosa; aunque cada uno recibirá su recompensa conforme á su labor. Porque nosotros, coadjutores somos de Dios; y vosotros labranza de Dios sois, edificio de Dios sois. Conforme á la gracia de Dios que me ha sido dada, yo como perito arquitecto puse el fundamento, y otro edifica encima: empero cada uno vea cómo sobreedifica.
Dios espera que los empleadores paguen salarios justos
Y llegarme he á vosotros á juicio; y seré pronto testigo contra los hechiceros y adúlteros; y contra los que juran mentira, y los que detienen el salario del jornalero, de la viuda, y del huérfano, y los que hacen agravio al extranjero, no teniendo temor de mí, dice Jehová de los ejércitos.