“Echando toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de vosotros.”, aconseja el apóstol Pedro (1 Pedro 5: 7).
Nuestro Señor no quiere que nos preocupemos. Nuestra comida, nuestros recursos, nuestras bendiciones, nuestras propias vidas provienen de él, y él ha prometido suplirnos con todo lo que necesitamos.
“¿Quién de ustedes, por más que se afane, puede agregar un momento a su vida?” Jesús preguntó (Mateo 6:27). Él sabía la respuesta: la angustia no nos salvará ni mejorará nuestras vidas. Solo Dios puede hacerlo.
El Dios Todopoderoso puede manejar todas mis preocupaciones
Humillaos pues bajo la poderosa mano de Dios, para que él os ensalce cuando fuere tiempo; Echando toda vuestra solicitud en él, porque él tiene cuidado de vosotros.
La bondad puede ser el antídoto para la preocupación y la angustia
El cuidado congojoso en el corazón del hombre, lo abate; Mas la buena palabra lo alegra.
La preocupación y el miedo corren desenfrenados al final de los tiempos
Entonces habrá señales en el sol, y en la luna, y en las estrellas; y en la tierra angustia de gentes por la confusión del sonido de la mar y de las ondas: Secándose los hombres á causa del temor y expectación de las cosas que sobrevendrán á la redondez de la tierra: porque las virtudes de los cielos serán conmovidas.
La preocupación no evitará que los desafíos vengan sobre mí
Porque el temor que me espantaba me ha venido, Y hame acontecido lo que temía. No he tenido paz, no me aseguré, ni me estuve reposado; Vínome no obstante turbación.
La oración es más fuerte que la preocupación
Por nada estéis afanosos; sino sean notorias vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con hacimiento de gracias.
Cuando la preocupación me mantenga despierto por la noche, clamaré a Dios y él me escuchará
CON mi voz clamé á Dios, A Dios clamé, y él me escuchará. Al Señor busqué en el día de mi angustia: Mi mal corría de noche y no cesaba: Mi alma rehusaba consuelo. Acordábame de Dios, y gritaba: Quejábame, y desmayaba mi espíritu. (Selah.)
Con Jesús no tengo necesidad de preocuparme
Estas cosas os he hablado, para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción: mas confiad, yo he vencido al mundo.
Puedo contar con la liberación de Dios
Decid á los de corazón apocado: Confortaos, no temáis: he aquí que vuestro Dios viene con venganza, con pago: el mismo Dios vendrá, y os salvará.
Creer en Jesús evita que me preocupe
NO se turbe vuestro corazón; creéis en Dios, creed también en mí.
Cuando estoy abrumado por la preocupación, Dios me consuela
Cuando yo decía: Mi pie resbala: Tu misericordia, oh Jehová, me sustentaba. En la multitud de mis pensamientos dentro de mí, Tus consolaciones alegraban mi alma.
Incluso sufrir no es motivo de preocupación; Dios me sigue bendiciendo
Mas también si alguna cosa padecéis por hacer bien, sois bienaventurados. Por tanto, no temáis por el temor de ellos, ni seáis turbados.