“Todos sois hijos de Dios por la fe en Cristo Jesús”, dijo Pablo (Gálatas 3:26). Nuestra fe es nuestra conexión con Dios. Es el elemento vital de la familia celestial. Vivimos por fe (Habacuc 2: 4) y ella nos permite que Cristo viva en nuestros corazones (Efesios 3:17).
La fe hace posible lo imposible
Y Jesús le reprendió, y salió el demonio de él; y el mozo fué sano desde aquella hora. Entonces, llegándose los discípulos á Jesús, aparte, dijeron: ¿Por qué nosotros no lo pudimos echar fuera? Y Jesús les dijo: Por vuestra incredulidad; porque de cierto os digo, que si tuviereis fe como un grano de mostaza, diréis á este monte: Pásate de aquí allá: y se pasará: y nada os será imposible.
Mi fe en Jesucristo afecta cada parte de mi vida
Porque no me avergüenzo del evangelio: porque es potencia de Dios para salud á todo aquel que cree; al Judío primeramente y también al Griego. Porque en él la justicia de Dios se descubre de fe en fe; como está escrito: Mas el justo vivirá por la fe.
La fe actua sin dudar
Y si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, demándela á Dios, el cual da á todos abundantemente, y no zahiere; y le será dada. Pero pida en fe, no dudando nada: porque el que duda es semejante á la onda de la mar, que es movida del viento, y echada de una parte á otra.
La fe puede mover montañas
Y respondiendo Jesús, les dice: Tened fe en Dios. Porque de cierto os digo que cualquiera que dijere á este monte: Quítate, y échate en la mar, y no dudare en su corazón, mas creyere que será hecho lo que dice, lo que dijere le será hecho.
La fe me hace parte de la familia de Dios
Porque todos sois hijos de Dios por la fe en Cristo Jesús.
La fe es un don de Dios
Porque por gracia sois salvos por la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios: No por obras, para que nadie se gloríe.
La fe proviene del Espíritu Santo
Mas el fruto del Espíritu es: caridad, gozo, paz, tolerancia, benignidad, bondad, fe, Mansedumbre, templanza: contra tales cosas no hay ley.
Mi fe en Jesús me salva
Sabiendo que el hombre no es justificado por las obras de la ley, sino por la fe de Jesucristo, nosotros también hemos creído en Jesucristo, para que fuésemos justificados por la fe de Cristo, y no por las obras de la ley; por cuanto por las obras de la ley ninguna carne será justificada.
La fe le permite a Jesús vivir en mí
Que habite Cristo por la fe en vuestros corazones; para que, arraigados y fundados en amor, Podáis bien comprender con todos los santos cuál sea la anchura y la longura y la profundidad y la altura, Y conocer el amor de Cristo, que excede á todo conocimiento, para que seáis llenos de toda la plenitud de Dios.
Mi fe es certeza
ES pues la fe la sustancia de las cosas que se esperan, la demostración de las cosas que no se ven.
La fe nace de Dios
Porque todo aquello que es nacido de Dios vence al mundo: y esta es la victoria que vence al mundo, nuestra fe.