por Beatrice Jean-Baptiste
Y como fué ya tarde, trajeron á él muchos endemoniados: y echó los demonios con la palabra, y sanó á todos los enfermos.
Dios quiere librarte de todas y cada una de las barreras en tu vida.
Él quiere curarte. Sin condiciones. No hay letra pequeña que debas leer; no hay cargos ocultos.
Para muchos de nosotros, es difícil creer que podemos curarnos de nuestro trauma pasado porque hemos sido esclavos del dolor durante tanto tiempo. Pero en medio de todo el caos, Dios quiere sanar tus heridas más profundas. Él anhela sanarte porque te ama.
Vivimos en un mundo donde tantas personas están sufriendo, prisioneras del diablo, buscando desesperadamente una salida pero sin saber cómo escapar. El amor de Dios por ti y por mí es más grande que cualquier prisión en la que nos encontremos. Su amor no tiene límites y su compromiso con tu sanidad es inquebrantable.
Así como en Mateo 8 aquellos que estaban poseídos por demonios fueron traídos a Él y fueron sanados, tu sanidad vendrá cuando te encuentres en la presencia de Dios.
Hay una poderosa promesa para tu sanidad espiritual, una sanidad que llega cuando te sumerges en una relación de amor con tu Creador. Así como una persona enferma va al médico para encontrar alivio, tu sanidad espiritual vendrá cuando recurras al Sanador de tu alma, Aquel que te ama profundamente.
¿Qué áreas de mi vida me duelen más? ¿Cómo puedo entregar ese dolor a Dios? ¿Qué promesas bíblicas reclamo? ¿Qué ejemplos bíblicos me alientan en mi viaje hacia la plenitud y la sanidad espiritual?
Querido Dios, te pido que me sanes y hagas que mi espíritu sea sano, libre y completo. En el nombre de Jesús oro, Amén.