Pablo, en su carta a la iglesia de Galacia, animó a los creyentes a practicar lo que predicaban. “Si vivimos por el Espíritu, andemos también por el Espíritu” (Gálatas 5:25 WEB), suplicó.
¿Qué significa eso? Pablo es líricamente claro. Él detalla una larga lista de rasgos deseables que son todos frutos del Espíritu y enfatiza su punto al señalar que nunca se había promulgado ninguna ley en contra de ellos (Gálatas 5: 22-23).
Hoy, los seguidores de Dios continúan produciendo “frutos” espirituales. Es nuestra reacción natural a estar firmemente arraigados y crecer en él.
El fruto del Espíritu es universalmente deseable
Mas el fruto del Espíritu es: caridad, gozo, paz, tolerancia, benignidad, bondad, fe, Mansedumbre, templanza: contra tales cosas no hay ley.
Los justos pueden esperar cosechar las recompensas de sus acciones
Decid al justo que le irá bien: porque comerá de los frutos de sus manos.
Mi conexión con Jesús me permite producir fruto espiritual
Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el labrador. Todo pámpano que en mí no lleva fruto, le quitará: y todo aquel que lleva fruto, le limpiará, para que lleve más fruto. Ya vosotros sois limpios por la palabra que os he hablado. Estad en mí, y yo en vosotros. Como el pámpano no puede llevar fruto de sí mismo, si no estuviere en la vid; así ni vosotros, si no estuviereis en mí. Yo soy la vid, vosotros los pámpanos: el que está en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque sin mí nada podéis hacer.
El fruto de la rectitud y la justicia beneficia a todos
El juzgará tu pueblo con justicia, Y tus afligidos con juicio. Los montes llevarán paz al pueblo, Y los collados justicia.
El fruto del Espíritu se opone directamente a las obras de las tinieblas
(Porque el fruto del Espíritu es en toda bondad, y justicia, y verdad;) Aprobando lo que es agradable al Señor. Y no comuniquéis con las obras infructuosas de las tinieblas; sino antes bien redargüidlas.
Mis acciones son un reflejo directo de mi relación con Dios
O haced el árbol bueno, y su fruto bueno, ó haced el árbol corrompido, y su fruto dañado; porque por el fruto es conocido el árbol.
El Espíritu Santo nos llena de esperanza de redención e intercede por nosotros
Porque sabemos que todas las criaturas gimen á una, y á una están de parto hasta ahora. Y no sólo ellas, mas también nosotros mismos, que tenemos las primicias del Espíritu, nosotros también gemimos dentro de nosotros mismos, esperando la adopción, es á saber, la redención de nuestro cuerpo. Y asimismo también el Espíritu ayuda nuestra flaqueza: porque qué hemos de pedir como conviene, no lo sabemos; sino que el mismo Espíritu pide por nosotros con gemidos indecibles.
La paz es un producto natural derivado del buen fruto espiritual
Mas la sabiduría que es de lo alto, primeramente es pura, después pacífica, modesta, benigna, llena de misericordia y de buenos frutos, no juzgadora, no fingida. Y el fruto de justicia se siembra en paz para aquellos que hacen paz.
El fruto que produce mi Espíritu no deja duda de quién llena mi alma
Hermanos míos, ¿puede la higuera producir aceitunas, ó la vid higos? Así ninguna fuente puede hacer agua salada y dulce.
Todo fruto espiritual viene de Jesús y da gloria a Dios
Llenos de frutos de justicia, que son por Jesucristo, á gloria y loor de Dios.
La justicia y la paz surgen de las pruebas
Es verdad que ningún castigo al presente parece ser causa de gozo, sino de tristeza; mas después da fruto apacible de justicia á los que en él son ejercitados.