Si bien es cierto que “la dádiva gratuita de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro” (Romanos 6:23), hay algunas cosas que cada uno de nosotros debe hacer por nuestra cuenta para reclamar ese don. Debemos creer que Jesucristo es el Hijo de Dios, y debemos arrepentirnos de nuestros pecados, reconociendo las ofensas que hemos cometido contra Dios y sentir un remordimiento genuino por haber ofendido su ley de amor.
Las dificultades y el malestar pueden ser una bendición cuando conducen al arrepentimiento
Ahora me gozo, no porque hayáis sido contristados, sino porque fuisteis contristados para arrepentimiento; porque habéis sido contristados según Dios, para que ninguna pérdida padecieseis por nuestra parte. Porque el dolor que es según Dios, obra arrepentimiento saludable, de que no hay que arrepentirse; mas el dolor del siglo obra muerte. Porque he aquí, esto mismo que según Dios fuisteis contristados, cuánta solicitud ha obrado en vosotros, y aun defensa, y aun enojo, y aun temor, y aun gran deseo, y aun celo, y aun vindicación. En todo os habéis mostrado limpios en el negocio.
Dios no es hombre y jamás miente; no tiene necesidad de arrepentirse
Dios no es hombre, para que mienta; Ni hijo de hombre para que se arrepienta: El dijo, ¿y no hará?; Habló, ¿y no lo ejecutará?
El arrepentimiento debe ocurrir antes de que pueda entrar al Reino de los Cielos
Desde entonces comenzó Jesús á predicar, y á decir: Arrepentíos, que el reino de los cielos se ha acercado.
Todos pecan, pero el verdadero arrepentimiento traerá el perdón de Dios
Si hubieren pecado contra ti, (porque no hay hombre que no peque) y tú estuvieres airado contra ellos, y los entregares delante del enemigo, para que los cautiven y lleven á tierra enemiga, sea lejos ó cerca, Y ellos volvieren en sí en la tierra donde fueren cautivos; si se convirtieren, y oraren á ti en la tierra de los que los cautivaron, y dijeren: Pecamos, hemos hecho lo malo, hemos cometido impiedad; Y si se convirtieren á ti de todo su corazón y de toda su alma, en la tierra de sus enemigos que los hubieren llevado cautivos, y oraren á ti hacia su tierra, que tú diste á sus padres, hacia la ciudad que tú elegiste y la casa que yo he edificado á tu nombre; Tú oirás en los cielos, en la habitación de tu morada, su oración y su súplica, y les harás derecho; Y perdonarás á tu pueblo que había pecado contra ti, y todas sus infracciones con que se habrán contra ti rebelado; y harás que hayan de ellos misericordia los que los hubieren llevado cautivos.
Cuando un pecador se arrepiente, todo el cielo se regocija
Os digo, que así habrá más gozo en el cielo de un pecador que se arrepiente, que de noventa y nueve justos, que no necesitan arrepentimiento.
Todos los que creen en Jesucristo y se arrepienten son libres de sus pecados
Y díjoles: Así está escrito, y así fué necesario que el Cristo padeciese, y resucitase de los muertos al tercer día; Y que se predicase en su nombre el arrepentimiento y la remisión de pecados en todas las naciones, comenzando de Jerusalem.
Jesús vino a llamar a los pecadores al arrepentimiento
Y respondiendo Jesús, les dijo: Los que están sanos no necesitan médico, sino los que están enfermos. No he venido á llamar justos, sino pecadores á arrepentimiento.
Debo estar dispuesto a perdonar a alguien que realmente se arrepienta de hacerme daño
Mirad por vosotros: si pecare contra ti tu hermano, repréndele; y si se arrepintiere, perdónale. Y si siete veces al día pecare contra ti, y siete veces al día se volviere á ti, diciendo, pésame, perdónale.
Solo el arrepentimiento y la fe en Jesús conducen a la remisión de los pecados
El Dios de nuestros padres levantó á Jesús, al cual vosotros matasteis colgándole de un madero. A éste ha Dios ensalzado con su diestra por Príncipe y Salvador, para dar á Israel arrepentimiento y remisión de pecados.
Dios quiere que cada uno se arrepientan para poder salvarlos a todos
El Señor no tarda su promesa, como algunos la tienen por tardanza; sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento.