por Pastor Ken
Mas de él sois vosotros en Cristo Jesús, el cual nos ha sido hecho por Dios sabiduría, y justificación, y santificación, y redención.
Al comienzo de su relación con Jesús, el discípulo Juan era una persona muy iracunda que Jesús lo apodó “Hijo del Trueno”.
No obstante, mientras Juan caminaba con Jesús, se convertía en el “discípulo del amor”. Entendió que Dios Es Amor (1 Juan 4:8).
En su vejez, Juan estaba tan cerca de Jesús que le mostró visiones de lo que acontecería y le pidió que escribiera su Plan Maestro futuro, el libro de la Biblia que llamamos Apocalipsis.
Imaginemos: como Juan, pasas todo el tiempo con Jesús. Piensas siempre en Jesús, hagas lo que hagas, vayas donde vayas. Piensas tanto en Él que empiezas a pensar como Él. A actuar como Él. Tú tomas decisiones como lo haría Jesús. Ahora estás en Jesús. Cada día, tu vida demuestra un crecimiento continuo hacia el carácter de Dios.
Mientras continúes este viaje espiritual, un día encontrarás que Jesús se convierte en tu sabiduría. Cuando estás con Jesús todo el tiempo, Él te transforma. Gradualmente, tu vida revela su justicia.
A medida que ocurre la santificación, tu carácter se vuelve santo. Finalmente, Jesús completará su redención total: la salvación eterna de Dios. ¡Qué maravilloso Salvador!
¿Cómo obtengo “sabiduría de Dios”? ¿Qué cosas específicas debo hacer para desarrollar una relación profunda con Jesús? ¿Hay algunas cosas que debería estar haciendo que no hago? Si es así, ¿cómo puedo remediar esta situación?
Sí, Jesús, quiero tener una relación cercana contigo como la tuvo Juan. Estaré contigo toda mi vida. Eres mi sabiduría, mi justicia, mi santificación y mi redención. Por favor, lléname con tu Espíritu y hazme más como tú. En tu amoroso nombre oro, Amén.