El Juez Es Mi Defensa

por Sam

Apocalipsis 14:7

Diciendo en alta voz: Temed á Dios, y dadle honra; porque la hora de su juicio es venida; y adorad á aquel que ha hecho el cielo y la tierra y el mar y las fuentes de las aguas.

El versículo de hoy habla del juicio final.

En esta sala del tribunal, cada uno de nosotros es el acusado y Satanás es el fiscal. Él presentará al universo todos los pecados que hemos cometido. Se ha de mostrar cada vez que mentimos, comimos en exceso, incurrimos en lujuria, codiciamos, hablamos palabras maldicientes, odiamos y deshonramos a nuestros padres. Satanás exigirá la sentencia de muerte porque, incluso por un solo caso de pecado, la pena es la muerte. Nuestro caso no tiene remedio. A menos que conozcamos al juez.

Jesús es el juez.

Él preside y emite el veredicto final. Si te has arrepentido de tus pecados y has aceptado a Jesús en tu corazón, Él también es tu abogado defensor. Tiene una sola defensa. Tomando tu larga lista de pecados, Jesús toma Su propia sangre y firma Su nombre sobre ellos. Jesús, como Juez, te declara inocente, golpea el mazo y te deja entrar al cielo.

Jesús quiere ser tu abogado defensor. Él quiere escribir sobre todos tus pecados con Su propia vida perfecta. Él quiere ser tu boleto al cielo.

¿Se lo permitirás hoy?


Reflexión

¿Cómo le puedo permitir a Jesús ser mi defensa?


Plegaria

Querido Jesús, gracias por morir por mí, por intercambiar mi vida pecaminosa por tu vida sin pecado. Por favor, ven a mi corazón y vive para siempre en mí. En tu nombre oro, Amén.