por Heather Tietz
Por tanto, os digo que todo lo que orando pidiereis, creed que lo recibiréis, y os vendrá.
A veces parece que no obtenemos aquello por lo que oramos.
¿No es cierto? Mateo 7:11 dice que Dios nuestro Padre da buenas dádivas a los que se las piden. Creo que Marcos el discípulo de Jesús, al igual que Mateo, asume que nuestras peticiones de oración son buenas a los ojos de Dios. Nos son concedidas las peticiones que son genuinamente buenas, buenas para nuestro espíritu y nuestro cuerpo, buenas en favor de otros, buenas para los tiempos de Dios.
Hace unos años, mi esposo y yo nos sentamos frustrados tras semanas de búsqueda por una casa. Nos detuvimos en un estacionamiento y le pedimos a Dios que nos indicara qué hacer. ¿Deberíamos darnos por vencidos o podría él guiarnos literalmente por el camino correcto?
En el momento en que abrimos los ojos, una agente de bienes raíces comenzó a gritarnos desde el apartamento de arriba. Y en menos de una hora nos llevó a comprar nuestra primera casa.
Aproximadamente un año después, nuestro amado perro se perdió. Buscamos, lloramos, rogamos a Dios que nos devolviera nuestro pequeño amor. Sin embargo, nunca fue encontrado. Aunque lo adorábamos, nos dimos cuenta de que ya no encajaba perfectamente en nuestras vidas de constantes cambios.
Si había encontrado un nuevo hogar, tal vez estaba llenando un vacío en los corazones de su nueva familia.
¿Tengo una buena dádiva en mente para mí? Seguiré orando por ella y luego me aseguraré de esperar con expectación la buena respuesta de Dios.
Querido Señor, no siempre puedo estar seguro de que lo que pido es bueno. Pero ayúdame para que pueda creer que tú escuchas y me responderás con tu infinita comprensión de lo que es mejor. En el nombre de Jesús, oro, Amén.