“Quédate quieto en la presencia del Señor, y espera con paciencia a que él actúe. No te inquietes por la gente mala que prospera, ni te preocupes por sus perversas maquinaciones” (Salmo 37: 7 NTV).

Quédate quieto.

Quédate quieto. Escucha los latidos de tu corazón. Escucha los suaves sonidos de tu respirar al inhalar y exhalar.

Quédate quieto. Escucha el sonido de los niños al reír, al hablar, y al hacer preguntas.

Quédate quieto. Escucha el viento sobre las hojas… el canto de las aves… a los perros ladrar… las campanillas de viento… a los insectos….

Quédate quieto. Escucha con tus ojos al amor entre tu pareja y tú, entre tus amigos y tú, entre tus hijos y tú. Observa el milagro de la vida en un bebé recién nacido. Reconoce la imaginación y la creatividad del Dios Creador cuando observes las diferentes plantas, las flores o incluso la variedad de productos en el mercado.

Quédate quieto. Escucha a Dios hablarte a través de todas estas cosas.

Quédate quieto. Escucha el impulso de Dios para que seas la persona que Él creó.

Quédate quieto y conoce que Dios está siempre presente y te ama siempre.

A medida que avanza el día de hoy, quédate quieto y escucha a Dios a lo largo del camino.