por John Michalak
Y ASI nosotros, como ayudadores juntamente con él, os exhortamos también á que no recibáis en vano la gracia de Dios, En tiempo aceptable te he oído, Y en día de salud te he socorrido: he aquí ahora el tiempo aceptable; he aquí ahora el día de salud.
Las oportunidades se van.
Ves ese increíble artículo en oferta. ¿Deberías tomarlo? Puede que no vuelva a salir.
Ves una oferta laboral que te encantaría tomar. Pero, piensas, seguramente habrá mucha competencia. Probablemente no valga la pena el esfuerzo de aplicar.
Ves a ese vagabundo con su cartel de cartón. ¿Deberías darle algo de dinero? ¿Llevarlo a un refugio? ¿Invitarlo a la iglesia? Siempre va a estar en esa esquina, ¿o tal vez no?
La vida está llena de oportunidades, pero la mayoría son muy breves y se requiere de valor para aprovecharlas rápidamente. Nos gusta pensar que vendrán de nuevo, pero luego nos arrepentimos cuando no lo hacen.
La gracia que se nos ofrece por la victoria de Jesús en la cruz es una oportunidad temporal. Claro, ha existido miles de años, pero para cada uno de nosotros, solo existe hasta exhalar nuestro último aliento.
Si ya eres salvo, entonces la oportunidad que debes tomar en serio es la salvación de otros. Requerirá de valor para dar el salto y ver qué sucede.
Cuando tengas la oportunidad de contarle a alguien sobre el amor de Dios, recuérda que “ahora es el momento propicio”. No dejes pasar la oportunidad.
Ya sea un vagabundo, un amigo necesitado, un compañero de trabajo o un familiar, ¿quiénes son las personas en mi vida que necesitan saber que Dios los ama? El tiempo es corto. ¿Cómo puedo recordar continuamente que “ahora es el tiempo aceptable” y acercarme a ellos y amarlos mientras aún pueda?
Querido Dios, no quiero acaparar tu gracia o recibirla en vano. Por favor, hazme consciente de las oportunidades para contarle a otros acerca de tu amor. Entonces lléname con tu Espíritu y dame el valor para actuar. En el amado nombre de Jesús oro, Amén.