Aplicando El “Freno De La Ira”

por Ami Hendrickson

Santiago 1:19-20

Por esto, mis amados hermanos, todo hombre sea pronto para oir, tardío para hablar, tardío para airarse: Porque la ira del hombre no obra la justicia de Dios.

La ira es una emoción mortal.

No solo daña nuestros pensamientos y nuestras relaciones, crea problemas de salud mental. La ciencia médica ha demostrado que estar en un estado constante de ira crónica también aumenta los riesgos de enfermedades cardíacas, hipertensión, dolores de cabeza, derrames cerebrales y trastornos digestivos de una persona. Para empeorar las cosas, la ira suele ser un factor en el abuso y en los delitos violentos.

Cuando la Biblia nos aconseja que seamos “lentos para la ira”, nos está dando un consejo que es para nuestro beneficio. Pero a veces ese consejo es difícil de seguir. El personal de la Clínica Mayo tiene algunas sugerencias para frenar la ira antes de que se salga de control. Por ejemplo:

Tómate un descanso Antes de apresurarte a responder en una situación que te enoja, tómate un “tiempo de espera”. Revisa las palabras que piensas decir antes de decirlas. Date el regalo del tiempo, en lugar de actuar mientras estás bajo las garras de la emoción.

Manténte dispuesto a perdonar Perdonar un mal no significa olvidarlo, pero puede ayudar a evitar que la amargura te destruya.

Relájate Participa en actividades para aliviar el estrés, como respirar profundamente, hacer ejercicio, escuchar música relajante, meditar y orar.


Reflexión

Si destierro la ira de contaminar mis pensamientos, ¿qué emoción me gustaría más que tomara su lugar?


Plegaria

Bondadoso y amante Señor, sé que nunca me pedirás que haga algo que no me ayudarás a lograr. Hoy, te entrego toda mi ira. Es demasiada pesada para llevarla. En su lugar, por favor lléname con tu paz y tu justicia. En el precioso nombre de Cristo, oro, Amén.