Caminando Con Dios

por Ami Hendrickson

Hebreos 11:5; Génesis 5:24

Por la fe Enoc fué traspuesto para no ver muerte, y no fué hallado, porque lo traspuso Dios. Y antes que fuese traspuesto, tuvo testimonio de haber agradado á Dios. Caminó, pues, Henoch con Dios, y desapareció, porque le llevó Dios.

Enoc era el tataranieto de Adán.

Según la cronología de Génesis 5, Adán tenía 622 años cuando nació Enoc. (Génesis 5:5 nos dice que Adán murió a la avanzada edad de 930 años.)

Es del todo posible que el pequeño Enoc se sentara en las rodillas de Adán y escuchara de primera mano del nombramiento de los animales, del diálogo cara a cara con el Creador y de otras historias sobre cómo había sido la Tierra antes de que el pecado la contaminara.

Enoc también fue bisabuelo de Noé, lo que significa que estaba vivo cuando el pecado corría tan desenfrenado que “todo designio de los pensamientos del corazón del hombre era continuamente sólo al mal” (Génesis 6:5b).

Aunque la humanidad era tan malvada que Dios se arrepintió de haber creado a las personas, Enoc fue la excepción. Tenía fe en el Dios de sus padres. Puso esa fe en acción: encontró maneras de comunicarse con Dios, de permanecer cerca de Él, sin importar cuán malas fueran las personas a su alrededor. Y Dios recompensó la devoción de Enoc, transformándolo en un ser celeste sin jamás ver la muerte.

Nunca subestimes el poder que puedes tener en la vida de otra persona. Aprovecha cada oportunidad para presentar a alguien con su Creador.

Pasa tiempo cada día caminando con el Dios del universo, cuyo amor por ti te hace “agradable” a sus ojos.


Reflexión

¿Es mi vida “agradable” a Dios? ¿Qué puedo hacer para que así sea?


Plegaria

Querido Dios del Universo, por favor camina conmigo en cada paso de mi viaje. Ayúdame a contar a otros las cosas maravillosas que has hecho por mí. Que mis palabras y acciones te sean de agrado. En el santo nombre de Jesús oro, Amén.