La Gloria Venidera

por Heather Tietz

Romanos 8:18

Porque tengo por cierto que lo que en este tiempo se padece, no es de comparar con la gloria venidera que en nosotros ha de ser manifestada.

La disciplina del sufrimiento llena nuestras agendas.

Vacunas, tareas en el hogar, cirugías, ejercicio. Hemos aprendido que si elegimos soportar un poco de dolor, mayores placeres vendrán más adelante.

La iglesia primitiva sufrió dolores.

Estaban creciendo en un momento en que la cultura que los rodeaba era politeísta. El cristianismo era ilegal. La negativa a adorar a los dioses romanos llevó a muchos a juicios penales donde fueron condenados a enfrentarse a bestias salvajes en el anfiteatro romano o fueron quemados en la hoguera.

El apóstol Pablo motivó a la iglesia primitiva en su carta a los romanos. Dijo que a pesar de su horrible persecución, no es nada comparada con la gloria que les espera. Este sufrimiento es pequeño, es pasajero; la gloria del cielo es inconmensurable, es eterna.

Todos tenemos la disciplina para soportar. Quizás no estés perdiendo tu vida o tu matrimonio por tu decisión de seguir a Cristo, pero dar tu vida, tu tiempo, tu dinero por la obra de Dios o por tu prójimo es un sacrificio. Honrar el sábado es un sacrificio financiero. Tomar tiempo para orar por amigos y familiares necesitados es un sacrificio de tiempo. A veces el cuidado que damos a los demás vuelve vacío; es un sacrificio del corazón.

Anímate. Por cada pena que este mundo pueda ofrecer, hay un placer futuro que lo superará con creces.


Reflexión

¿He sufrido a causa de mi fe y mi amor por Dios? ¿Por qué sí o por qué no?


Plegaria

Querido Señor, por favor ayúdame a mirar más allá del sufrimiento temporal, que yo pueda experimentar y ver tu gloria revelada. Gracias por la bendición de tu amor sin fin. En el nombre de Jesús oro, Amén.