Escalando Con Soltura

por Ami Hendrickson

2 Samuel 22:33-34

Dios es el que con virtud me corrobora, y el que despeja mi camino; El que hace mis pies como de ciervas, Y el que me asienta en mis alturas.

La mujer se aferró a la pared, un metro por encima de la alfombra, con las manos en los pequeños agarres de plástico, uno azul y otro verde. Los dedos de sus pies posaron sobre las pequeñas protuberancias.

“Sé que no estoy tan arriba”, dijo. “Pero se siente mucho más alto”.

“¡Está bien! Solo déjate llevar”, le aconsejaron sus amigos desde abajo.

Tomando una respiración profunda, la escaladora se empujó hacia atrás para descender. Cuando sus pies tocaron la alfombra, cayó de espaldas, riendo.

En un instante, se puso en pie de un salto y comenzó a trepar por la pared una vez más, trepando aún más alto esta vez.

El deporte del “bouldering” consiste en escalar sin arneses. Sin cuerdas. Nada: solo tú y la roca o la pared. Aunque la escalada rara vez es alta, las rutas suelen ser bastante complicadas. Los principiantes al deporte superan una multitud de temores, incluido el miedo a las alturas y el miedo a las caídas. Los beneficios incluyen mayor fuerza, coordinación y confianza en sí mismo.

Investigaciones recientes también sugieren que el boulder puede mejorar significativamente la depresión. La actividad física, socializar con compañeros escaladores y la satisfacción del logro se combinan para tener un impacto positivo en la salud mental de los escaladores.

Dios te anima a enfrentar tus miedos. Él quiere que asciendas a grandes alturas en todos los aspectos de tu vida. Él está contigo en cada paso del camino. Él es tu “torre fuerte”. Él nunca te llevará por mal camino.


Reflexión

¿Qué “lugares elevados” aspiro alcanzar con la ayuda de Dios?


Plegaria

Amado Señor, gracias por darme desafíos que me fortalecen. Por favor continúa haciendo perfecto mi camino y nunca me dejes caer. En el santo nombre de Cristo oro, Amén.