por Ami Hendrickson
Porque en mis ojos fuiste de grande estima, fuiste honorable, y yo te amé: daré pues hombres por ti, y naciones por tu alma. Todos los llamados de mi nombre; para gloria mía los críe, los formé y los hice.
Dios te ama.
Dios es amor (1 Juan 4:8). Él te ama, no importa quién seas o lo que hayas hecho. Él te ama tanto como ama a cualquier otra persona que haya vivido.
Dios no tiene favoritos. Si fueras el único ser humano que alguna vez pecó, aun así Él habría enviado a su Hijo, Jesús, a morir en la cruz para redimirte.
Él te ama porque te creó a su imagen. Te pareces al Padre. Tienes la capacidad de crecer en Él, de llegar a ser cada vez más como Él, de ser lleno de su Espíritu Santo.
Él te ama porque te conoce. Él sabe a dónde vas cuando sales. Él sabe lo que te gusta hacer cuando estás en casa. Y Él te guardará (ver la hermosa promesa del Salmo 121).
Estás vivo hoy porque el Señor te ha creado y te ha puesto aquí en la tierra, en este momento, en este lugar, con un propósito. Él tiene planes para ti que duran por la eternidad.
Pero tus pensamientos y tu vida son tuyos para vivir como elijas. Dios nunca obligará a sus hijos a elegirlo. Sin embargo, siempre está listo para recibir a quienes lo hacen.
Dios te ama. No hay duda al respecto. La única pregunta es, ¿lo amas?
¿Cómo me siento sabiendo que Dios dio a su único hijo, Jesús, como sacrificio por mis pecados? Cuando siento que nadie más me ama, ¿cuáles son algunos versículos de la Biblia a los que puedo recurrir en busca de inspiración?
Querido Señor, gracias por crearme, por guiarme y por amarme. Te alabo por lo que eres. En el nombre de Jesús oro, Amén.