Nunca Demasiado Lejos

por Heather Tietz

1 Timoteo 1:15-16

Palabra fiel y digna de ser recibida de todos: que Cristo Jesús vino al mundo para salvar á los pecadores, de los cuales yo soy el primero. Mas por esto fuí recibido á misericordia, para que Jesucristo mostrase en mí el primero toda su clemencia, para ejemplo de los que habían de creer en él para vida eterna.

El Apóstol Pablo se consideraba a sí mismo como el peor de todos los pecadores.

Antes de conocer a Jesús, aprobó la lapidación de Esteban. Encarceló a familias que habían declarado recientemente su fe en Cristo. Su apasionada misión fue silenciar a la Iglesia.

¿Qué pecado podría ser peor que tratar de detener el amor de Dios?

¿Qué defectos de carácter son mayores que tratar de evitar que el amor de Dios traiga paz, gozo y esperanza a los necesitados?

¿Qué arrogancia se requiere para intentar ocultar la luz de Dios para que no revele el pecado, cambie corazones y mejore vidas?

Quizás Pablo fue en verdad el peor de todos los pecadores hasta que aceptó a Jesús como su Salvador. Pero Dios tuvo suficiente misericordia de Pablo. Tuvo suficiente perdón, paciencia y amor para traerlo completamente a su familia e incluso confiarle el cuidado de los nuevos creyentes.

¿Crees que conoces a alguien más allá del alcance de Dios?

Pablo declara que nadie se ha alejado demasiado. Ni tú, ni tu vecino, ni la oveja negra de tu familia. Tal vez, como Pablo, necesitan un milagro para abrir los ojos y darles una nueva visión y un nuevo corazón.

¡Ten fe! ¡Persevera! Cuando estés en Cristo, no te sorprendas si Él se acerca a otros a través de ti.


Reflexión

¿Cuál es mi mayor alegría al ayudar a otros a conocer a Jesús?


Plegaria

Querido Señor, por favor, sacúdeme como a Pablo cuando yo lo necesite. Por favor gana la atención de mis amigos que no conocen a Jesús. Guíame para mostrarles tu amor. Quiero ayudar a traerlos a tu familia. En el nombre de Jesús oro, Amén.