¿Por qué Jesús no dijo nada cuando los líderes religiosos y la multitud le gritaron a Pilato que lo sentenciara a morir en la cruz? Él era irreprochable. ¿Por qué no se defendió?

Jesús fue y es La Palabra. Nuestro Señor pasó su última noche en la tierra en oración, hablando con su Padre. Antes de eso, pasó tres años completos hablando y enseñando continuamente. Mientras existió la posibilidad de que Él pudiera cambiar una vida y acercar a alguien a Dios, Él habló. Como estuvo tan en sintonía con el cielo, supo cuándo había terminado el tiempo de hablar.

Como cristiano, a veces lo más sabio que podemos hacer es permanecer en silencio como lo hizo Jesús. Cuando estés seguro de que hablar no cambiará el resultado o de que cuando hables te impedirá permitir que Dios demuestre su poder y gloria, guarda silencio.

Deja que Dios te dé paz. Concéntrate en tu Defensor y Salvador, Jesús, y deja que Él te guíe a través de las situaciones difíciles. Deja que su actitud tranquila y pacífica y su conducta positiva cristiana hablen por ti.