por Heather Tietz y Joyverse
A ordenar á Sión á los enlutados, para darles gloria en lugar de ceniza, óleo de gozo en lugar del luto, manto de alegría en lugar del espíritu angustiado; y serán llamados árboles de justicia, plantío de Jehová, para gloria suya.
En el versículo de hoy, el profeta Isaías describe árboles de justicia: árboles cristianos, árboles que Dios planta, y tiende a cuidarlos de forma especial.
Estos árboles de justicia crecieron a partir de plántulas taciturnas, de personas descorazonadas, de agobiados y afligidos buscadores de Dios que miraban al cielo en busca de consuelo, resolución y sanación. Isaías dice que Dios los cuidará, los hará crecer y los embellecerá. Con la ayuda de Dios, podrán resistir los vientos y las tormentas del mundo.
Jesús es el cumplimiento de esta escritura. Él es quien recoge plántulas taciturnas y las cuida, podándolas para que crezcan fuertes, rectas y verdaderas. Él es quien quita nuestro luto, quien llena nuestra vida de alegría y alabanza.
Dios no está cegado ante la tristeza de sus hijos. El día que clames pidiendo su ayuda, Él te escuchará. Él te ve. Te salva. Te santifica en tu sufrimiento.
Te convertirás en un árbol de Cristo, un testimonio de la dirección Divina, que ayudará a otros a ver las alegrías de su bondad y vida eterna.
¿Cómo me ha adornado Dios? ¿Cómo mi vida glorifica a Dios?
Querido Jesús, gracias por cumplir esta profecía que apuntaba a ti. Por favor, bendíceme como has prometido, convirtiendo mi luto en gozo, vistiéndome de alabanza y ayudándome a crecer como un árbol fuerte y sano que te glorifique con mi vida. En tu nombre oro, Amén.