Nunca olvidaré la sonrisa en el rostro de mi profesora de inglés. Su sonrisa me ayudó a relajarme y me dio confianza de que haría bien en su clase.

Otra persona que conozco, alguien con quien hago negocios, siempre me saluda con una sonrisa. Esa sonrisa me hace sentir bienvenido, como un cliente valioso.

¿Con qué frecuencia sonríes?

Sonreír en realidad tiene el poder de cambiar tu actitud. ¡Así es! Numerosos estudios recientes han concluido que sonreír libera neuropéptidos: moléculas diminutas que permiten que las neuronas se conecten y se comuniquen entre sí. Los neuropéptidos le dicen a tu cuerpo que libere endorfinas, serotonina y dopamina, llenando tu cuerpo de buenas sensaciones.

Sonreír literalmente te hace sentir mejor. Entonces, cuando sonríes debido a tu esperanza y fe en Dios, la alegría proseguirá.

Los estudios también indican que la sonrisa habitual ayuda a construir relaciones más sólidas, te hace más aceptable como empleado y mejora tus posibilidades de éxito.

Sin embargo, lo más importante es que cuando sonríes, la gente ve a Jesús en ti. Cuando sonríes porque Jesús es la fuente de alegría, consuelo y dirección en tu vida, la vida será buena sin importar lo que suceda a tu alrededor.