por Darla Noble
Si el que te aborrece tuviere hambre, dale de comer pan; Y si tuviere sed, dale de beber agua: Porque ascuas allegas sobre su cabeza, Y Jehová te lo pagará.
Gary quedó devastado cuando descubrió que su esposa estaba teniendo una aventura, especialmente cuando ella anunció que no tenía ningún interés en intentar reparar el matrimonio.
Ella quería divorciarse y ni siquiera consideraría la posibilidad de recibir consejería. Gary no tuvo más remedio que aceptar el divorcio, pero sí pudo elegir cómo responder a los cambios que se le imponían.
Pero como no quería que sus hijos pasaran por algo que no tenían que pasar, acudió a su ex esposa, le dijo que la perdonaba y le pidió que trabajara con él para ser los mejores padres que sus hijos pudieran pedir.
Ella estaba sorprendida pero agradecida. Cuando ella le preguntó por qué estaba haciendo esto, él dijo: “Porque es por mi propio bien. No puedo ser el padre y el hombre que necesito y quiero ser si no te perdono. Estaré demasiado consumido por la ira y por vengarme y eso no es lo que quiero para mí ni para los niños”.
Gary y su ex esposa, junto con sus cónyuges, han criado a sus dos hijos para que sean adultos jóvenes íntegros. Pero ese no habría sido el caso si Gary no hubiera conocido el poder del perdón.
¿Cómo daré hoy el primer paso para perdonar a alguien?
Querido Dios, por favor ayúdame a darme cuenta de que nada por lo que tenga que perdonar a alguien es tan terrible como el dolor que mi pecado te ha causado. Sin embargo, tú me perdonas sin dudarlo. Ayúdame también a perdonar sin dudar para poder ser más como tú. En el nombre de Jesús oro, Amén.