Luchando Con Alabanza

por Heather Tietz

2 Crónicas 20:20

Y como se levantaron por la mañana, salieron por el desierto de Tecoa. Y mientras ellos salían, Josaphat estando en pie, dijo: Oidme, Judá y moradores de Jerusalem. Creed á Jehová vuestro Dios, y seréis seguros; creed á sus profetas, y seréis prosperados.

El rey Josafat condujo a su ejército al desierto para enfrentar a su enemigo: una “gran multitud” de varias fuerzas armadas diferentes, todas uniéndose contra Judá.

Aquí, en el páramo, en lugar de llamar a sus hombres a las armas, en lugar de darles su plan maestro para la ofensiva o la defensa, alienta su fe. Él les pide que hagan de la fe su armadura. Para solidificar sus palabras, para ayudar a sus soldados a confiar en que el Todopoderoso ha de pelear su batalla inminente, ¡envía un coro delante de los hombres! (2 Crónicas 20:22)

¡Sí! ¡El rey Josafat organiza un grupo de alabanza para marchar delante de los soldados, guiándolos en la adoración!

¿Cómo responde el enemigo?

Los amonitas, los moabitas y los edomitas, todos en busca de destruir al pueblo de Dios, caen unos sobre otros. El enemigo se destruye a sí mismo. ¡La batalla se gana con armas de alabanza!

La alabanza de Dios es poderosa. Anima los corazones. Derriba el miedo. Envía el mal huyendo.

Eleva algunas alabanzas en tu día.


Reflexión

¿Qué batalla tengo que pelear? Me armaré de alabanza — escuchando música cristiana; cantando mi propia canción; danzando al Señor; recitando salmos. Con la ayuda de Dios, haré un plan de batalla el día de hoy.


Plegaria

Señor celestial, oro para que fortalezcas mi fe. Ayúdame a pasar el día cantando Tus alabanzas. Por favor, pelea mis batallas por mí como lo hiciste por el rey Josafat. En el nombre perfecto de Jesús oro, Amén.