No estás solo en este amplio universo.

Aunque has crecido, no estás solo. Dios está allí. Él tiene grandes planes para ti. Todo lo que él pide es que lo sigas para una vida de bendiciones.

Él sabe más que cualquier consejero sobre tus recuerdos de infancia, tus adicciones y tus secretos.

Él es más capaz que cualquier médico para sanar tus trastornos, tu angustia, tu cuerpo envejecido, tus ataques de enfermedad y tus dolores.

Él es más capaz que cualquier otro amigo de sacarte de tu ruina; más hábil en rodearte de bondad amorosa.

Él sabe lo que realmente deseas y lo que realmente necesitas. Tiene cosas buenas envueltas y guardadas, esperando el momento adecuado para entregarlas.

Mantente atento a sus bendiciones. Espera su tiempo.

Cree que él se preocupa por ti ahora y se preocupará por tu futuro, y la preocupación desaparecerá de tu rostro, el estrés se disipará de tu cuerpo, la pesadez se disipará de tu corazón.

El cascarrabias que hay en ti se irá. Volverá ese consuelo infantil que te arropaba por las noches, junto con la paz, la esperanza y tu optimismo juvenil. Tu espíritu volará libre.