Un Tonto Enamorado

por John Michalak

1 Juan 2:15-16

No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él. Porque todo lo que hay en el mundo, la concupiscencia de la carne, y la concupiscencia de los ojos, y la soberbia de la vida, no es del Padre, mas es del mundo.

Algunas personas disfrutan el Día de los Inocentes o April Fool’s Day. Algunos no.

En este día que celebra la oportunidad de engañar a alguien para que crea una falsedad, los compañeros de trabajo pueden jugar bromas amistosas. Los periódicos con una sólida reputación pueden publicar titulares que parecen ser ciertos, pero no lo son. Un amigo puede inventar una emergencia falsa. O un miembro de la familia puede ocultar deliberadamente algo importante y luego hacerse el tonto.

Las bromas a veces pueden ser divertidas, pero a la mayoría de nosotros no nos gusta que nos tomen el pelo. No disfrutamos de la vergüenza y el ridículo que acompaña a ser engañado.

Lamentablemente, sin embargo, cuando amamos las cosas del mundo más que las cosas de Dios, cada día es una especie de Día de los Inocentes.

Por supuesto, si aprovechamos la gracia salvadora de Jesús y cambiamos nuestras tendencias naturalmente pecaminosas, nuestra lujuria y orgullo, por una vida basada en la adoración, el servicio y la compasión — si renunciamos a “obtener ventaja” a través de actos egoístas y en cambio dejamos nuestro orgullo por un corazón de humildad — el mundo nos llamará tontos de todos modos.

A nadie le gusta sentirse tonto, pero nunca es tonto estar enamorado de Dios. Dios es amor (1 Juan 4:8). Ese es un amor que el mundo no conoce… pero que desesperadamente necesita.


Reflexión

¿Cuáles son algunas de las cosas tontas que he hecho en el pasado? ¿Por qué fueron tontas? ¿Con qué frecuencia le pido a Dios un nuevo amor por su sabiduría?


Plegaria

Querido Dios, gracias por amarme a pesar de mi insensato fracaso. Eres la fuente de todo lo bueno en mi vida. Por favor, dame el coraje de hacer el tonto por un mundo que necesita conocerte. En el nombre de Jesús oro, Amén.