Hay tantas historias trágicas y horribles en todo el mundo de personas que sufren a manos de gobernantes corruptos y rebeldes.

Lamentablemente, este sufrimiento no es algo nuevo. Ha estado sucediendo durante siglos.

Sin embargo, hay esperanza incluso para las situaciones más horribles. Nelson Mandela (1918-2013), quien se desempeñó como presidente de Sudáfrica de 1994 a 1999, dejó una marca indeleble en la “página” del liderazgo verdadero y justo.

El 18 de julio de 2010, para conmemorar el cumpleaños número noventa y dos de Mandela, el presidente estadounidense Barak Obama dijo: “Estamos agradecidos de seguir siendo bendecidos con su extraordinaria visión, liderazgo y espíritu. Y nos esforzamos por construir sobre su ejemplo de tolerancia, compasión y reconciliación”.

Mandela nació en una situación que él no creó, en un mundo sobre el que tenía poco control. Según las reglas de su país, no debería haber ascendido a nada. Sin embargo, su convicción pacífica del valor de cada vida humana cambió el curso de la historia.

A lo largo de la Biblia, puedes ver cuán importante es dejar que la paz de Dios gobierne tu corazón. Al hacerlo, te resultará más fácil vivir en paz con aquellos a quienes llamas familia, amigos y conciudadanos.