por Margaret Michel
Y el Dios de esperanza os llene de todo gozo y paz creyendo, para que abundéis en esperanza por la virtud del Espíritu Santo.
Mientras lees el versículo de hoy, ¿qué imágenes vienen a tu mente?
Gozo. Yo imagino a una pareja de “recién casados” saliendo alegremente de la ceremonia de boda — eufórica, emocionada y jubilosa.
¿Y la imagen de Paz? Para mí, es el rostro de un bebé arrullado dormido en un sueño profundo y tranquilo. Con una respiración a un ritmo suave, quieta y serena. El retrato mismo de la paz. Quizás tu imagen sobre la paz sea diferente.
Ahora, imagina conmigo que la foto perfecta de gozo es tuya — ¡todos los días! Además, imagina una paz perdurable como una constante en tu vida.
Dios ofrece darnos gozo y paz en plenitud. Sin esforzarnos. Sin depender de algun suceso o circunstancia cambiante de la vida, ni de un intento desmedido.
¿Cómo? A través de la fe. La fe nos permite elegir enterrar toda duda y aceptar toda esperanza. Nos permite confiar en el poder del Espíritu Santo. Una vez que tengamos los sobreabundantes raudales de alegría y paz, solo entonces se podrá colocar “la cereza del pastel” de toda esperanza por encima de todo.
¡Qué delicia, llenarse de gozo… y de paz… y de esperanza!
¿Qué amenaza tu gozo? ¿Qué consume tu paz? ¿O disminuye tu esperanza?
¡Sumérjete en la delicia de las tres capas de Dios: la plenitud de gozo, la paz y la esperanza a través de la fe en el poder del Espíritu Santo!
¿Qué caminos elegiré hoy para ser lleno del gozo, la paz y la esperanza de Dios?
Precioso Señor, lléname con tu triple llenado de alegría, paz y esperanza. Lléname hasta que desborde de tu Espíritu Santo. En el bendito nombre de Cristo oro, Amén.