La Primavera Está A La Vuelta De La Esquina

por Heather Tietz

Juan 11:25-26

Dícele Jesús: Yo soy la resurrección y la vida: el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá. Y todo aquel que vive y cree en mí, no morirá eternamente. ¿Crees esto?

Lo nuevo a menudo es más atractivo cuando hemos estado sobrecogidos por el deterioro.

Las hermosas cosas pequeñas que brotan en la primavera pasan desapercibidas la mayor parte del año, pero después del invierno, después de que la vida ha sido desgastada por el viento y aquietada por el frío, esos pequeños brotes verdes se destacan vibrantes en contraste con el paisaje ensombrecedor.

Cuanto más envejecemos, más nos familiarizamos con los paisajes sombríos.

Nuestra vista se marchita, nuestras casas envejecen, nuestros propios cuerpos se ralentizan. Qué alivio es saber que hay una verdadera primavera a la vuelta de la esquina. Esta lenta marcha en la que nos encontramos no culmina en un inevitable encuentro con la muerte.

Tenemos la promesa de una vida nueva. El cielo está ahí esperándonos, con todas las bendiciones eternas que contiene: familia, amigos, paz, descanso, plenitud, amor y alegría.

Podemos aferrarnos a esta verdad. La oscuridad o el dolor que encontramos es solo un momento pasajero.

Un día, cuando Dios haya hecho nuevas todas las cosas (Apocalipsis 21:5), disfrutaremos de una primavera permanente con Jesús en el cielo.


Reflexión

¿Cómo podrían compararse la primavera y el cielo?


Plegaria

Bendito Señor, esta primavera, ayúdame a recordar que Jesús es mi resurrección y mi vida. Con Él, puedo hacer todo, sin ninguna limitación. En el maravilloso nombre de Jesús oro, Amén.