Si hubiese un árbol que quisiera encogerse o arrugarse, sería el Pino de Banks.

En Michigan, este árbol alberga algo que ningún otro árbol en el mundo: parejas de currucas de Kirtland en peligro de extinción. Estos hermosos pájaros cantores amarillos y marrones solo se reproducirán en árboles jóvenes de Pino de Banks.

Sin embargo, debido a que el árbol tiene piñas bien cerradas, por lo general se necesita un calor extremo para reventar las piñas y permitir que las semillas se dispersen. El Pino de Banks maduro tiene que someterse al fuego o al hacha de un biólogo para que sus conos puedan ser cosechados, cocinados, abiertos y la tierra limpiada para volverlos a sembrar. Sin una u otra situación aparentemente trágica, habría poco crecimiento nuevo y la curruca de Kirtland estaría más cerca de la extinción.

Servimos a un Dios omnisciente que puede ver toda su creación.

Puede ver a las personas tipo Pino de Banks en el mundo cuyos conos bien cerrados contienen bendiciones ocultas. Puede ver a los que se agitan, incapaces de encontrar un lugar de descanso, como la curruca de Kirtland. En su gran perspectiva, Él sabe que debemos esperar pacientemente mientras prepara lo que necesitamos. A veces necesitamos el fuego de la tragedia para permitir que las bendiciones se multipliquen al cien por ciento.

No podemos arrugarnos. Debemos confiar en que nuestro buen Dios tiene un buen plan.