Según 1 Reyes 3, Dios se mostró al rey Salomón en un sueño y le dijo que pidiera cualquier cosa que deseara.

Salomón pidió sabiduría, y la capacidad de distinguir entre el bien y el mal mientras gobernaba sobre Israel.

Dios aprobó esta humilde petición. Él no sólo prometió que nadie sería más sabio, sino que también le garantizó riquezas y honores.

“El temor de Jehová es el principio de la ciencia, pero los necios desprecian la sabiduría y la disciplina”, dijo Salomón al comienzo de sus Proverbios (Proverbios 1:7).

Cuando escribió sobre la sabiduría, sabía de lo que estaba hablando. Incluso ahora, varios miles de años después, vale la pena considerar sus pensamientos sobre el asunto. El versículo de hoy proviene de Proverbios 24, un capítulo que ensalza los beneficios de la sabiduría, que incluye:

• “Con sabiduría se construye la casa… con conocimiento se llenan las habitaciones de todo tesoro escaso y hermoso” (Proverbios 24:3-4).

• “El hombre sabio tiene gran poder; y el hombre entendido aumenta las fuerzas” (Proverbios 24:5).

• El necio no tiene nada que valga la pena decir en el tribunal (Proverbios 24:7).

• La sabiduría es tan dulce para el alma como la miel para el paladar (Proverbios 24:13-14).

“Si has encontrado sabiduría, habrá recompensa”, promete Salomón. “Tu esperanza no será cortada”.

En tu búsqueda diaria de sabiduría, que encuentres tu recompensa en la esperanza que Dios te brinda.