Amor Eterno

por Katelyn Molloy

Jeremías 31:3

Jehová se manifestó á mí ya mucho tiempo há, diciendo: Con amor eterno te he amado; por tanto te soporté con misericordia.

Nadie es perfecto. Todos hemos cometido errores.

Tal vez robaste dinero de la cómoda de tu papá y culpaste a tu hermano cuando se enteró.

Tal vez tomaste algunas de las joyas de tu mamá sin preguntar y las perdiste.

O tal vez tomaste prestadas algunas de las cosas de tu hermano/hermana mayor y las arruinaste por accidente.

Todos hemos hecho cosas de las que no estamos orgullosos. Y todos hemos lastimado a otros en el proceso de hacer esas cosas. Cuando lastimamos a otros o a nosotros mismos mintiendo u ocultando la verdad, pecamos. Y cuando pecamos, lastimamos a Dios.

Afortunadamente, Dios no deja de amarnos cuando nos equivocamos. Tampoco nos ama más cuando hacemos cosas buenas. Él nos ama con “un amor eterno” (Jeremías 31:3), un amor que no depende de lo que hacemos o decimos.

Cuando nos equivocamos, cuando pecamos y lastimamos a Dios, Él nos llama de regreso a Él con amorosa bondad. Y cuando confesamos nuestros pecados y decimos que lo sentimos, Él nos perdona y nos ayuda a hacer lo correcto.

Juan promete: “Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados y limpiarnos de toda maldad” (1 Juan 1:9). Así que no te desanimes la próxima vez que te equivoques.

Pídele perdón a Dios y recuerda siempre que su amor es eterno.


Reflexión

Si Dios me ama con un amor eterno, ¿cómo puedo mostrar ese amor a los demás?


Plegaria

Querido Dios, gracias por amarme sin importar lo que haga. Mi gratitud hacia ti es eterna. En el nombre de Jesús oro, Amén.